Vale un potosí…
…Después de Uyuni una ciudad de paso de viajeros camino de Chile o ingresando a Bolivia, el grupo de los tres magníficos (los chilenos), la parejita de franceses vendedores de sushi a tiempo parcial y el mismo que os escribe partimos rumbo a Potosí, una de las ciudades habitadas mas alta del mundo, sobre los 4100msnm.
Potosí es una ciudad clavada en medio de unos cuantos cerros y desde su fundación ha sido un centro de explotación minera, sobre todo de plata, muy importante en su día…tanto que todos los que han pasado por allí han explotado sus entrañas hasta dejar sus minas vacías de esos minerales que en su día le dieron el tanta importancia.
Es una ciudad hecha de sudor y sangre, de explotadores y esclavos, de ordenes religiosas e indígenas sometidos. Las minas de cerro grande han sido explotadas hasta su extenuación, los españoles fundaron la casa de la moneda que acuño millones de monedas, fue una de las mas importantes casas de la moneda de su tiempo y productiva como pocas, a costa de vidas humanas y sistemas esclavistas .Desde esta ciudad partieron cargamentos de plata y materiales preciosos manchados de sangre, que ha día de hoy sería imposible de calcular…quizás por eso y por cierto cargo de conciencia histórico, la mayor parte de las obras de mantenimiento y reconstrucción del patrimonio Boliviano está patrocinado por el gobierno Español.
Es una ciudad no muy grande, con un centro histórico muy agradable de visitar con algunos conventos interesantes que da una idea de las diferencias sociales que allí se daban con divisiones entre los barrios españoles, indígenas y religiosos.
Una visita casi obligada en Potosí es la de las minas, donde aún trabajan de forma manual y como hace cientos de años los mineros Bolivianos. Trabajadores que corren un altísimo riesgo de accidentes, que usan medios rudimentarios y que tienen una vida realmente corta. Estos mineros trabajan en condiciones inhumanas, mascando hojas de coca y bebiendo un licor de fabricación casera de graduación altísima…Las visitas a estas “cooperativas” mineras se hace con un guía y visitando lo que es trabajo diario de esta gente, normalmente la gente les regala a los mineros hojas de coca y alcohol, como si de monos de zoológico se tratara, supongo que estos mineros aparte se llevan algún % de lo que se cobra de entrada pero…yo no fui a visitarlas, no me gusta ese espectáculo cruel de ver como esta pobre gente ( aunque sean parte de este negocio) sufre la brutalidad de un trabajo mientras señoritos sin problemas los visitan para ser conscientes de que hay gente que esta mucho peor que nosotros, a mi eso no me hace falta…
Coincidí con la declaración del día internacional de la quínoa ( o quinua), cereal que se cultiva en Bolivia y parte de Perú, a unas cotas de altura que rondan los 3500m, cereal de unas cualidades excepcionales y aplicaciones que no dejaron de sorprenderme con elaboraciones de pasteles, bebidas como la chicha de quínoa…
Potosí lo compartí con los tres colegas chilenos y especialmente con Cindy la mujer de sonrisa eterna y gran compañera de viaje, de esas personas que es difícil no sentirse a gusto, de esas personas que te dejan un recuerdo para siempre sin saber porque, sin ningún motivo especial, de las que te sientes identificado desde el minuto cero…de las que no quieres perder el contacto.
Nuestra ultima noche en potosí la rematamos con una magnifica cena bien regadita de vino de vino y una bebida dulzona hecha de yo que se que mezcla, que bueno al día siguiente te hacen recordar lo que jamás debes volver a beber.
Yo continué mi camino a Sucre mientras Cindy y “El Flaco” iniciaban una aventura para poder regresar a chile y tomar su vuelo desde Calama a Santiago a tiempo y que les llevaría a atravesar de nuevo el desierto en la noche y de un solo tirón, entrando casi de forma clandestina a chile…un buen remate de viaje.
Gracias a los que compartieron conmigo estos días de aventura y sobre todo a mis compañeros de Chile gente de buena onda!!, gracias Cindy por esos dos días de potosí y por compartir sonrisas y desayuno conmigo…aunque la cena la termináramos agarrados a la farola je je…